El conjunto escultórico nos muestra el rapto de
Proserpina, mito relatado en el Himno Homérico dedicado a Démeter. Los
personajes principales de la composición escultórica, son la diosa Proserpina
(Perséfone), hija de Júpiter (Zéus) y Céres (Démeter), que representa la vida,
la muerte y la resurrección; Plutón (Hades), dios reinante en el tártaro, que representa
a la muerte, y su perro guardián Cerberos encargado de custodiar la entrada al
inframundo impidiendo entrar a los vivos y no dejando marchar a los muertos.
La escena muestra el momento en que Plutón enamorado de
Proserpina la rapta para llevarla consigo al tártaro y casarse con ella. Mientras
que el Dios muestra una actitud firme y segura agarrándola con fuerza, la Diosa
muestra una actitud de angustia que se observa en cómo se retuerce para
librarse de los brazos de él. Cabe destacar la actitud de la bestia que aúlla
marcando un sentimiento de gran tensión.
Homero nos explica en sus Himnos, como Plutón cansado de vivir sólo en el Tártaro ascendió al
plano terrenal de los vivos; allí quedó enamorado de Proserpina a la cual raptó
para llevársela al inframundo y hacerla su cónyuge. Por otra parte, nos
encontramos con la Metamorfosis de
Ovidio, el cual afirma que fue la propia Venus quien pidió a Cupido que lanzase
sus flechas al Dios con tal de que se enamorara de Proserpina. Sería a éste
último relato al que se referiría Rembrandt en su cuadro del El rapto de Proserpina, mostrándonos
como Atenea, Venus y Céres estiran del vestido de la diosa para evitar su
rapto.
Siguiendo con Ovidio, Júpiter al ver la tristeza de Céres
por haber perdido a su hija, pidió a Plutón dejar marchar a Proserpina junto a
su madre; el dios obligó a su esposa a comerse siete semillas de granada (símbolo
de fidelidad), provocando así que Proserpina repartiera su tiempo entre su
madre y su esposo correspondiendo seis meses a cada uno.
El mito es una alegoría de la primavera y el otoño,
siendo la primavera el encuentro entre la madre y la hija, haciendo crecer las
flores Céres como bienvenida de su hija; y correspondiendo al otoño el momento
en que Proserpina baja a los inframundos con Plutón y Céres queda sumida en una
tristeza profunda desolando las tierras. Pueden realizarse otros análisis
relacionados con la representación de contraposiciones tales como,
hombre-mujer, lascivia-inocencia, muerte-vida (que los propios dioses ya lo
representan por sus características divinas), oscuridad-luz (iría muy vinculado
a la anterior contraposición), etc., reflejadas perfectamente en la escultura
de Bernini.
Gian Lorenzo Bernini, artista barroco, realiza esta obra entre
1621 y 1622; mediante un trato extraordinario del mármol refleja la intensidad
del mito observándolo en el detalle de cómo el dios clava sus manos en el
cuerpo de la joven demostrando las ganas de llevársela consigo. La pieza en si
demuestra un gran dinamismo causado por los rostros de los personajes y el
movimiento de sus cuerpos.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada